Mientras los demás viven.

Claudia Salamonesco. 2021. - Novela

« Finales de invierno 2018/19

Hace tres meses que se fue a su tierra. Casi dos, sin noticias directas. Me parece obvio: ya no volverá.

Si te hablara de esto, alzarías los hombros y me dirías: ¿y qué?, tienes a otra que viene a ayudarte. Mucho más cumplidora, ade-más. Ante la mueca escéptica que no sabré disimular, agregarías, algo exasperado: La casa está limpia, ¿o no? Casi limpia, te corre-giría. Como si ese «casi» bastara para justificar mi comentario — un comentario que escondería otras cosas que no sé describirte, que no quiero describirte—. La sensación de un hueco que se va horadando en algún lugar de mi alma, esa sospecha de haberme equivocado de arriba abajo que me lacera el vientre, (¿de verdad se había fraguado una amistad entre nosotras?), una picadura molesta que irrita mi orgullo cada vez que pienso en todo lo que le revelé de mi yo secreto, ese que pongo bien a resguardo de las miradas ajenas —incluso de la tuya—. Todo esto, alternando con el ácido de mi inquietud ante su silencio incomprensible (¿le habrá pasado algo en serio?).

Y también, claro, esa incómoda pregunta que va reptando entre las rocas de mis dudas y a la que no sé responder sin recelar una traición: ¿Merecía la confianza que deposité en ella? ¿O me dejé encandilar por la facilidad de un espejismo? … »

Como en todos los tiempos.

Claudia Salamonesco. 1979. - Recopilación de cuentos

El templo de Vikilina

“Esta vez tardaron mucho en regresar. O al menos esa es la impresión que tengo. Al no poder contar las horas los días los meses los años que pasan, vivo en una extraña confluencia del tiempo ─que marca mi cuerpo y va limitando mis capacidades─ con la eternidad de esta prisión de metal fosforescente.

En mi desesperación ante los alimentos frescos que comenzaban a escasear, llegué a pensar que ya no volverían, que sus nuevos mitos habían decretado mi abolición, que tal vez alguien hubiera borrado mi nombre de la historia para asentar su dominio sobre la comunidad. Por suerte no es así y han vuelto. Aún creen, pues, en la diosa inmortal… Aunque no me hago ilusiones. La mezcla con otros pueblos supervivientes o las condiciones inhóspitas en la tierra donde se establecieron pueden cambiarlo todo en el momento más inesperado. Y no me darán un preaviso, eso lo tengo claro. Desaparecerán. Sólo espero que su religión no se transforme radicalmente antes de que yo pueda documentar lo ocurrido con nuestra civilización.

Sé que hablar de días aquí dentro es más bien una metáfora o una quimera, pero no sé cómo nombrar de otra manera mis períodos de vigilia.  Los días, pues, se estiran como un chicle, y en medio de la penumbra y el silencio, la única actividad posible es pensar. En ocasiones me traen como ofrenda velas que me brindan luz suficiente para sacar un libro de la biblioteca y escribir; pero en su mayor parte, mi vida transcurre en una oscuridad tamizada por la fluorescencia de los muros, envuelta por el miedo profundo y asfixiante de la soledad. Por suerte, ya no estoy rodeada de cadáveres como al principio ─tuvieron la amabilidad de llevárselos mientras todavía funcionaban los generadores de luz─.

Recuerdo que en aquella época ya lejana intenté manejar las máquinas en un angustioso esfuerzo por salir de este lugar cuando ellos se van. Pero soy sólo una artista, de mecánica no sé nada. Ni siquiera conozco la función de la mayoría de los artefactos que se encuentran en esta sala. Sé cuál de ellos abre la puerta de salida, claro, el azar me designó a mí como la diosa que devolvió la libertad al pueblo elegido, pero se estropeó el mecanismo que permite accionarla desde el interior y cuando ellos vienen, vigilan que no me pueda escapar; sólo en mi templo tengo el poder de protegerlos. Conozco bien a los que me pueden proveer de alimentos y ropa, identifiqué a varios generadores de calor… pero de aquellas máquinas sólo algunas alimentarias y textiles siguen aún activas. Y si por casualidad alguna vez di con las otras, las que se suponía que habían previsto de repuesto, no supe utilizarlas.

Ese el motivo por el cual ahora dependo de ellos y de los caprichos de su religión. Ninguno parece recordar las máquinas ni la catástrofe que nos llevó a esta situación. El miedo y las necesidades han destruido la memoria colectiva. El refugio es ahora para ellos un recinto sagrado y sólo entran aquí para realizar ceremonias. Cuando las antorchas revelan las formas de los aparatos, se detienen horrorizados ante ellos, como si no los hubieran visto antes. O como si las imágenes que conservan de ellos estuvieran desdibujadas, transformándolos en los monstruos responsables de la caída de la humanidad, de todos esos muertos que tuvieron que enterrar, de los que habrán visto afuera. …

Actividades literarias

Premios:

  • 1972 : 1º mención. Concurso de la Biblioteca 1º de mayo, Buenos Aires (cuento corto)

  • 1973 : 1er premio. Concurso « Encuentro de la Juventud », Ministerio de la Educación de Argentina (cuento corto) 

  • 1976: 3er premio. Concurso nacional “Gaspar L. Benavento”, Buenos Aires (cuento corto)

  • 1977: Mención. Concurso “Manuel Galvez”, Sociedad de escritores de La Plata (cuento corto)

  • 1979: Mención. Concurso nacional “Arturo Mejía Nieto”, Sociedad argentina de escritorios (por una recopilación de cuentos cortos)

  • 1996: Medalla de plata de la ciudad de París, Concurso de cuentos cortos de la A.I.L.

Publicaciones: 

  • 1974 :« Y era verdad » (cuento corto), recopilación del concurso « Encuentro de la Juventud », B.A.

  • 1979 : « Como en todos los tiempos » (cuento corto), recopilación del concurso « Gaspar L. Benavento », 

  • 1979 : « Como en todos los tiempos » (recopilación de cuentos cortos ), Ed . Crisol, B.A. Premio de la Sociedad argentina de escritores 

  • A partir de 1980 : diversas traducciones para el Instituto de Investigaciones Pedagógicas de la Argentina y la UNESCO, entre otros.

  • 2021 : «Mientras los demás viven», novela. Ed Libros Indie.

Otras obras:

  • 1988 : « Contes de fées pour les grands qui demeurent enfants », recopilación de cuentos cortos (en francés)

  • 1988 :« De muertes y muertos », recopilación de cuentos cortos

  • 1988 : « Au seuil du temps », novela (en francés)

  • 1989 : « Hojas dispersas », novela

  • 1991 : « Dans l’ombre d’un doute », novela (en francés)

  • 1992 : « Décalages », recopilación de cuentos cortos (en francés)

  • 2017 : «Las Buenas Horas», novela

  • 2019 : «¡Silencio! que vuelvo a rodar mi vida», novela

  • 2020 : «Mientras los demás viven», novela

  • 2021 : «Disrupciones», recopilación de cuentos cortos

  • 2022 : «Lo que soñé anoche», recopilación de cuentos cortos

  • 2023:  «Final de concierto», novela